(libre) Canto el mismo dolor

La noche había caído ya en la prisión de DW con su velo negro cubriendo todo con ese sentimiento de nostalgia, pesadez y resignación que poco a poco le fue invadiendo. Había olvidado porqué había llegado ahí y la vieja motivación de cualquier prisionero ansiando la libertad; se entregó a un letargo dentro de su habitación abandonado en la cama, cerró los ojos imaginando que se encontraba en otro lugar, en el que sea, al dulce baño del sol cálido rosando su piel. Entonces recordó que las prisiones son un infierno para aquellos que mantienen esperanza pues los consume por dentro, siempre fantaseando, siempre soñando con una vida fuera de los barrotes que los aprisionan, deseando sentir - como él - el viento sobre su rostro, el suave rose del pasto a sus pies o bien sólo un poco de sol. Aquellas cosas tan simples que jamás pensó verse privadas de ellas ahora le carcomían por dentro junto con la esperanza.

No lo soportó más, se levantó de la cama y pesadamente se dirigió a la puerta para vagar un poco entre los pasillos totalmente vacíos en busca del "algo" que no encontraría sino dentro de sí mismo. Sus pasos sin rumbo lo condujeron hasta las duchas que, maravillosamente, estaba el seguro botado. Entró dentro de las duchas, un espacio vacío en el centro rodeado de pequeños cubículos con regadera individual y puertas donde, sin pensarlo, comenzó a desnudarse bajo el chorro de agua tibia que resbaló sobre su blanca piel. El tacto del agua era una anestesia para la desesperación que sentía en esos momentos, tanto, que comenzó a entonar a media voz una canción cuya letra no había entendido hasta ese momento. Una vieja canción de Bunbury que cantaba su hermano a solas, como él.
Canto por que me levanto
siempre con las mismas penas
con las heridas abiertas
que siguen sin sicatrizar
Vago por las veredas
por desiertos, por la selva
surcando los anchos mares
hacia ningun lugar
Canto por que me canso
de dar explicaciones
no tengo soluciones
para que tanto preguntar
Salto de cama en cama
de boca a boca
de falda en falda
no vuelvo por donde vine
nunca miro hacia atrás
Su voz se hacía un poco más fuerte, aunque más temblorosa. No quería permanecer ahí, no quería morir ahí con su único compañero que era su hermano dentro de su mente. Cubrió su ojo que cubría el parche, la única prenda que jamás se retiraba, y una fina lágrima de impotencia resbaló por su mejilla, perdiéndose entre las demás gotas de agua.
Y no hay mejor ni peor
pues con la gente que tropiezo
sufren del mismo dolor
estan igual, el mismo dolor
No hay mejor ni peor
si estas quieto o en movimiento
sufres el mismo dolor
estas igual, el mismo dolor

Se detuvo de golpe al afinar su oido. Guardo silencio... eran ¿pasos?